Un territorio de todos los colombianos y para todos los Colombianos.

La Nación Colombiana es el grupo humano conformado por todos quienes nacimos en el territorio de Colombia y por quienes son colombianos por adopción. De acuerdo a lo establecido en la Constitución Política Nacional vigente, el territorio colombiano, en su totalidad, es una propiedad de la nación Colombiana. Esto quiere decir que el territorio colombiano es territorio de la nación, una propiedad suya, una propiedad de la colectividad colombiana, es decir, que el territorio colombiano es de todos los colombianos, ni más ni menos. El Capítulo 4, del Título III de  la Constitución Política de Colombia, determina que el territorio colombiano y los bienes públicos que de él hacen parte son de propiedad de la nación. Este territorio esta conformado por el área continental, el archipiélago de San Andrés, Providencia, y Santa Catalina, la Isla de Malpelo y demás islas, islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen. Son, también,  partes del territorio de Colombia: el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa, de conformidad con el Derecho Internacional o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales. Es natural que, aunque la Constitución no lo dice expresamente, entendemos que el suelo es igualmente parte del territorio nacional y propiedad de todos los colombianos, de la nación colombiana. | Ver Constitución Política de Colombia, TITULO III, CAPITULO 4, DEL TERRITORIO |

 

 

 

 

 

 

Es conocido por todos que en estos momentos el apetito de poderosas empresas extranjeras y multinacionales, con la complicidad del gobierno colombiano de turno, ve con codicia, agresividad e irrespeto, los recursos naturales de nuestro país, al territorio colombiano en su totalidad y a la misma población colombiana como trabajadores. El ánimo de naciones y empresas extranjeras de apoderarse mediante una aparente forma "legal" de los bienes colombianos y de los frutos del trabajo de los colombianos, no es nuevo, sino que hoy reaparece tal y conforme a como tuvo presencia  en siglos pasados y mas recientemente en las últimas cinco décadas. Es la consecuencia natural y lógica de un modo particular de poder y dominación extranjeros que desean aumentar sus riquezas a expensas de los haberes y del trabajo de los colombianos; una práctica bastante antigua que en años anteriores pareció tomar por sorpresa y en franco atolondramiento a la población y a los dirigentes políticos nacionales que, por momentos, se presentan como poco inteligentes, ingenuos e incapaces para todo cuanto se trate de los intereses comunes nacionales, pero muy "avivatos" y prestos para cuando se trata de sacar provecho personal de cualquiera situación o circunstancia, sin importarles si con esto se afecta el bienestar y la suerte de la mayoría de los nacionales. Los sucesivos gobernantes y los hábiles empresarios colombianos no se detienen cuando se trata de negociar, de vender, de empeñar o hipotecar la patria y sus bienes naturales, bienes comunes, públicos, que, por principio constitucional, son propiedad de la nación en su totalidad, es decir, de todos los colombianos y para todos los colombianos y no para algunos en provecho particular, privado.   

 

 

Así, el gobierno colombiano le abre paso  a las multinacionales extranjeras, olvidando que, en principio, el territorio nacional es para el beneficio, el bienestar, la seguridad y el progreso de la población colombiana.

 

Vea en su totalidad el siguiente vídeo para conocer lo que sucedió en el el Proyecto Hidroeléctrico de El Quimbo construido por la empresa española Emgesa; este proyecto se encuentra localizado al sur del departamento del Huila, entre las Cordilleras Central y Oriental; aproximadamente, a 69 kms  al sur de la ciudad de Neiva, por la carretera que conduce a Gigante.