Se le llama aseo
personal o higiene personal al acto, generalmente autónomo, que un individuo
realiza para mantenerse limpio y libre de impurezas en su parte externa. En
algunas personas, bien sea por algún tipo de impedimento físico, se les
dificulta. Para el aseo personal suelen usarse productos químicos tales como
jabón, aceites,cremas, champú, entre otros. El aseo personal es muy recomendado
por la ciencia médica. Ayuda a prevenir infecciones y otras molestias,
especialmente cutáneas.
La higiene es el conjunto de
conocimientos y técnicas que aplican los individuos para el control de los
factores que ejercen o pueden ejercer efectos nocivos sobre su salud. La
higiene personal es el concepto básico del aseo, de la limpieza y del cuidado
del cuerpo humano.
Para tener una vida sana hay que
realizar ejercicios, tener buenos hábitos alimenticios y mantener una higiene
tanto física como mental. La importancia de una higiene recae en consecuencias
positivas como negativas a largo de nuestra vida y de los seres que nos rodean.
La higiene se realiza de varias maneras, las principales en nuestros días son: higiene
pública e higiene privada. En la higiene
privada el ser humano se encarga de lograr varios objetivos como el aseo
corporal y la limpieza de su entorno. La higiene pública es la que nos
proporciona la sociedad o el gobierno. Existen
además otros modos de higiene como la industrial, deportiva, etc.
La palabra Higiene en español está relacionada con Higía, divinidad de la mitología griega (en griego antiguo Υγιεία Hygieía o Υγεία Hygeía, ‘salud’), hija de Asclepio, hermana de Yaso y Panacea, era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. De su nombre deriva la palabra «higiene». Su equivalente en la mitología romana era Salus, diosa de la salud, hija de Esculapio. Salus, palabra latina que significa literalmente «salud», es un calco para la mitología romana de la diosa griega Higía.
Adquirió significado
propio alrededor del siglo V a. C., pues hasta entonces era un epíteto más de
Atenea.
Aunque Higía había
sido objeto de un culto local desde al menos el siglo VII a. C., no empezó a
ser conocida fuera de éste hasta que el Oráculo de Delfos la reconoció tras las
plagas que devastaron Atenas en los años 429 y 427 a. C. y Roma en el 293 a. C.
Su templos principales estaban en Epidauro, Corinto, Cos y Pérgamo.
Pausanias señaló que
en el asclepión de Titane en Sición (fundado por Alexanor, nieto de Asclepio)
las estatuas de Higía se cubrían con cabellos de mujeres y prendas de vestir
babilónicas. Según algunas inscripciones, estas mismas ofrendas eran realizadas
en Paros.
Arifrón, un artista
sicionio del siglo IV a. C., escribió un famoso himno en honor de Higía.
Artistas como Escopas, Briaxis y Timoteo, entre otros, esculpieron estatuas de
la diosa.
Se la solía
representar como una mujer joven alimentando una gran serpiente enroscada en
torno a su cuerpo. A veces la serpiente bebía de una jarra que portaba Higía.
Estos atributos fueron adoptados más tarde por la diosa de la curación
galo-romana, Sirona. A veces era acompañada por su hermano, Telesforo.