El descubrimiento de América en 1492 supuso un hito en la historia mundial. Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que continuaría en los siguientes siglos. Los Reyes Católicos tienen una gran importancia en este descubrimiento; el título fue conferido a Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla por el Papa valenciano Alejandro VI en la bula Si convenit expedida el 19 de diciembre de 1496. La pareja se casó en el Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469, ella con 18 años y él con 17. El título de Rey Católico lo heredaron y conservaron sus sucesores, El reinado de los Reyes Católicos significó el tránsito del mundo medieval al mundo moderno en España. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los Trastámara, de las Coronas de Castilla y de Aragón. Además de la paz entre las dos, en pugna por el territorio y la influencia política. Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de Granada, Navarra, Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad —exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal— de los territorios que hoy forman España. Dicha unión territorial era personal, ya que se mantuvieron las soberanías, normas e instituciones propias de cada reino y corona. De modo que cuando se emprendía una acción militar o una empresa comercial, se hacía bajo estandarte común. Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de Fernando el Católico, que supondría la hegemonía hispánica en Europa durante los siglos XVI y XVII; bajo su reinado se realizó el denominado “descubrimiento de América” o “Encuentro de dos mundos”.